El pequeño felino camina tranquilo por el pasto. Se mueve gracioso, aunque sin saberlo, y de pronto da uno o dos saltitos por algún motivo que sólo él sabe. Por algún motivo, los gatos pequeños dan saltitos de vez en cuando, aunque no haya un obstáculo que sortear. El que no haya visto aquello, es que no ha observado a un gato todo lo necesario.
Más tarde, se acaban los saltos. Lo que sucede es que el felino desiste de su aspiración de tocar el cielo. Pero no desisten completamente, y suben a los tejados, y a las ramas más altas. Pero aun así, deben bajar alguna vez, o caer estrepitosamente y lograr tocar el cielo mientras caen y se giran para hacerlo en sus cuatro patas. Así aprenden que nunca llegarán tan arriba como el cielo, pero que son ágiles y poderosos abajo de este.
Esta es la imagen número 315, perteneciente al día 25 de Septiembre de 2012. Es publicada en Octubre porque intentaba llegar al cielo, pero caí de vuelta como siempre.
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