Es un pequeño gato que intrépido se aventura en territorios más alejados que el jardín. Ahora el sol llega desde un nuevo ángulo, y le da en la cara de otro modo que antes no le había tocado sentir. Es el efecto que se siente cuando un gato viaja por el mundo, y comprueba lo tontas que son las personas, que se quedan siempre en el mismo sitio. Finalmente el gato sólo llega a la casa a recibir cariño y algunos mimos, y luego se mueve alrededor de su territorio, mucho más amplio y de rincones recónditos a donde los humanos no llegan.
Esta es la imagen número 284, perteneciente al día 25 de Agosto de 2012. Cuando caiga la noche, volveremos a ver a nuestro gato, a cobijarse en nuestras piernas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario