El gato tuvo que haber bebido un poquito de agua de aquella fuente en miniatura, refrescándose del inmenso calor que producen los focos dentro del estudio fotográfico. Realmente no soy entendida en el tema, pero la luz parece poco natural, y me es más fácil pensar que está en interiores, debidamente adornado; la prueba es el reflejo perfecto de las flores en el agua. Además, la puesta en escena es obvia.
¿Por qué hago esto, y mato la magia? No lo sé, tal vez me equivoque y eso sea un jardín muy bonito, y el gato llegó al lugar adecuado en el momento justo. Esta es la imagen número 263, perteneciente al día 4 de Agosto de 2012. Tal vez la magia pueda vivir, bajo la ilusión de que ese lugar existe y que el gato bebe agua de ahí cada día.
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